REFERENTS


TEÒRICS I


PRACTICS



ESPAI PÚBLIC
Conocer aquellos aspectos que le impiden vivir con plenitud y felicidad, como corregirlas. Como mejorar la vida en pareja. Conocer las habilitades de trabajadores, para sacar una mayor productividad y eficàcia a su empresa. (...) En una Sociedad regida por la tecnologia, propongámonos recuperar el poder de lo sencillo, la excelecia de la virtud cívica, el símbolo universal de nuestro verdadero ”YO” reflejado en la escritura. Aprendamos a ver las coses tal y como son, para poder corregir aquello que nos pueda perjudicar. Algo tan sencillo como saber mirar nuestra escritura, nos permirirà no especular con nuestro futuro, sinó construirlo...

Pablo Codesido. Lo importante de saber mirar.
DIÀLEGO AMB LO EXISTENT
Una distinció espacial que ajuda a entendre el context canviant del temps la trobem en la diferencia entre llindars i fronteres. Aquesta és una distinció important en la naturalesa. En els sistemes ecològics naturals, els llindars són zones d’un hàbitat on els organismes són més ‘interactitus’, a causa del contacte entre espècies o de les condicions físiques diferents. La frontera és un límit, un territori més enllà del qual una espècie concreta es perd. És a dir, es tracta de dos tipus diferents de contorn.
(...)
No és sorprenent que sigui al llindar on la feina de selecció natural és més intensa. El temps provoca canvis evolutius en un contorn amb aquestes condicions. La frontera estableix un tancament per inactivitat, per extinció de les coses, que no passen. Dir que ‘el contorn com a llindar’ és una condició més oberta vol dir que hi passen més coses al llarg del temps.
(...)
Fer que els edificis siguin més ‘porosos’ serà un dels grans reptes de l’arquitectura del segle XXI. La porositat podria fer que els edificis fossin urbans de debò.

SENNET R. L’espai public. Un sistema obert, un procés inacavat.

Es ese espacio público lo que debe verse realizado en ese otro espacio público –ahora físico– que es o se espera que sean los exteriores de la vida social: la calle, el parque, la plaza... Es por ello que ese espacio público materializado no se conforma con ser una mera sofisticación conceptual de los escenarios en los que desconocidos totales o relativos se encuentran y gestionan una coexistencia singular no forzosamente exenta de conflictos. Su papel es mucho más trascendente, puesto que se le asigna la tarea estratégica de ser el lugar en que los sistemas nominalmente democráticos ven o deberían ver confirmada la verdad de su naturaleza igualitaria, el lugar en que se ejercen los derechos de expresión y reunión como formas de control sobre los poderes y el lugar desde el que esos poderes pueden ser cuestionados en los asuntos que conciernen a todos. A ese espacio público como categoría política que organiza la vida social y la configura políticamente le urge verse ratificado como lugar, sitio, comarca, zona..., en que sus contenidos abstractos abandonen la superestructura en que estaban instalados y bajen literalmente a la tierra, se hagan, por así decirlo, “carne entre nosotros”. Procura dejar con ello de ser un espacio concebido y se quiere reconocer como espacio dispuesto, visibilizado, aunque sea a costa de evitar o suprimir cualquier emergencia que pueda poner en cuestión que ha logrado ser efectivamente lo que se esperaba que fuera. Es eso lo que hace que una calle o una plaza sean algo más que simplemente una calle o una plaza. Son o deben ser el proscenio en que esa ideología ciudadanista se pretende ver a sí misma reificiada, el lugar en el que el Estado logra desmentir momentáneamente la naturaleza asimétrica de las relaciones sociales que administra y a las que sirve y escenifica el sueño imposible de un consenso equitativo en el que puede llevar a cabo su función integradora y de mediación. En realidad, ese espacio público es el ámbito de lo que Lukács hubiera denominado cosificación, puesto que se le confiere la responsabilidad de convertirse como sea en lo que se presupone que es y que en realidad sólo es un debería ser. El espacio público es una de aquellas nociones que exige ver cumplida la realidad que evoca y que en cierto modo también invoca, una ficción nominal concebida para inducir a pensar y a actuar de cierta manera y que urge verse instituida como realidad objetiva.

M Delgado, D Malet. 2018. El espacio público como ideología.
Poder y espacio.

El espacio es una realidad socialmente construida, en la que interviene tanto lo natural como la obra humana, así como las ideas que nos hacemos de las cosas y la forma en que las vivimos. Si partimos desde ese punto de vista, y entendemos la sociedad como una interacción permanente de la forma «poder / resistencia al poder» entre aquellos que controlan material e ideológicamente la sociedad y el resto de la población, lo más adecuado es conceptualizar al espacio como el lugar donde el poder se expresa y ejercita. Así, tal como lo expresa Foucault en su libro sobre el conocimiento del poder (1980), la historia de los espacios «será al mismo tiempo la historia de los poderes» (p. 149). El ágora griega, la plaza medieval, el bulevar parisino, incluso el mall, poseen la misma lógica: en todos los espacios se ejercita y expresa el po- der; pues ese poder solo existe realmente cuando se hace público, cuando es conocido y reconocido por los ciudadanos. Refiriéndose más directa- mente a la ciudad, Edward Soja argumenta en Postmetropolis (2000) que «la ciudad continúa siendo organizada a través de dos procesos interactivos: vigilancia y adherencia. Estar urbanizado significa ser un adherente, un creyente en una cultura e ideología colectiva enraizada en las extensiones de la polis» (p. 51).

R Salcedo. 2018. La lucha por el espacio urbano.

JERARQUIA
FRONTERAS

Además de su tendència a produir a esos vacíos en los terrenos generales contiguos (y por tanto unos lugares anormailemte pobres en diversidad y vitalidad social), las fronteres dividen las ciudades en trozos. Dividen las vecindades de la Ciudad corriente situades a sus costados. A este respecto, se comportan de manera opuesta a los parques pequeños. Si los parques pequeños son Populares, tejen las diferentes vecindades contiguas, y mezclan sus poblaciones.

Jane Jacobs, Muerte y vida de las grandes ciudades. Capitulo La maldición de los vacíos fronterizos, p. 299.